El debate producido entre los autores de “El Libro Negro de la Nueva Izquierda” y la periodista Patricia del Rio (1), nos muestra como pueden ser evaluados y juzgados los hechos, dependiendo si el objeto de análisis es una mujer o un varón

En primer lugar, ante la negativa de Nicolás Márquez de quitarse la camisa, Del Rio comenzó a desabotonarse la blusa mientras que ante cada aseveración de Agustin Laje, le palmoteaba el hombro- además de referirse a él como “querido”- para posteriormente ir a tomar café desairando a los invitados.

Ante ello, nos formulamos la pregunta: ¿Qué hubiera ocurrido si es que un periodista varón hubiera realizado el ademan o peor aún se bajara el cierre del pantalón? ¿No calificaría como una clara falta de respeto? ¿Cómo un acto de acoso sexual? ¿Cómo una falta contra las buenas costumbres?

Ahora bien, anticipándonos a las objeciones, no es que los senos estén sexualizados; no se trata de una cuestión meramente cultural, sino y principalmente biológica. Así, los senos son órganos sexuales los cuales no pueden ser equiparados al pecho de los hombres sino a otro órgano sexual como es el pene. A partir de la estimulación de los órganos sexuales es que se puede obtener un orgasmo; de ahí la irracionalidad de algunas mujeres de reivindicar el derecho a andar con el torso desnudo en lugares públicos (2) y de protestas como el llamado “Tetazo” en Argentina (3)

Por otro lado, ¿qué pasaría si en un debate-televisado o no-un varón toca el cuerpo de la interlocutora mujer? ¿No se diría que está invadiendo su espacio vital? ¿No se le acusaría de acosador o peor aún de un potencial agresor? (4)

Sobre lo señalado, viene a nuestra mente el debate en radio “Exitosa” entre Luis Solari y Angélica Motta, donde esta última se niega a darle un beso de despedida con justa razón y donde señala, aunque de forma bastante exagerada: “Tengo derecho a cuidar mi cuerpo”, “Mi cuerpo es mi territorio” “Mujeres, no dejen que los hombres las toquen ni las besen si ustedes no quieren”

Parece que Patricia del Rio nunca vio esta entrevista

Respecto a la utilización del “querido” o “corazón”, viene a ser una forma de despersonalizar o minimizar a la otra parte, por ello ¿qué pasaría si un varón quien conoce el nombre de la otra parte (mujer), la trata de “corazón” o “querida”? ¿Acaso muchas feministas (o que dicen serlo) no calificarían el acto como machista?

En segundo lugar, luego de regresar con su taza de café, no permitió a los entrevistados terminar su apreciación sobre el “Tetazo”, para más adelante lanzar un enunciado prejuicioso además de discriminatorio: “Los argentinos siempre quieren ser protagonistas de todo”

Si un periodista varón hubiera cometido lo que certificamos que hizo Del Rio, estamos más que seguros que hubiera sido motivo de repudio en las redes sociales, despedido de su trabajo y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables hubiera expresado su rechazo público.

Sin embargo, lo hizo una mujer y nada paso.

Nada.

(1) En sí, se trataba de una entrevista que devino en debate

(2) A menos que sean playas nudistas obviamente.

(3) Donde muchos varones fueron discriminados y agredidos simplemente por el hecho de serlo.

(4) Independientemente de la parte del cuerpo que sea invadido, lo cual evidentemente acepta matices