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En honor a Armando Barreda

Nuestro querido director

Publicado: 2019-01-06

Que “Los Simpson” ha perdido calidad es algo evidente e innegable.  

A partir de un simple análisis de los capítulos de las últimas temporadas se constata como la familia amarilla ha perdido originalidad, gracia, ideas pero principalmente identidad.

Rastrear el origen de la debacle de la serie no es tan difícil; si bien no se puede hablar de un capitulo a partir del cual todo cambio para mal, desde las primeras temporadas ya se visualizaban atisbos de mediocridad.

Así en la temporada siete, en el capítulo titulado “La ultima carcajada de Bob Patiño”, el enemigo de Krusty ya empieza a ser hastiante –además le asignan una voz horrible-y en “Yo amo a Lisa“(homónimo de un capítulo de la cuarta temporada) la voz de la razón de la serie, y quizá de Springfield, se traiciona de la manera más grosera para ser aceptada por la “gente cool”.

Lisa siempre fue un personaje idealista, fiel a sí misma, quien jamás se vendía ante el poder ni a la gente banal, ejemplo de ello lo tenemos en episodios como “Dos autos en cada cochera y tres ojos en cada pez” o “No robaras” de la segunda temporada, “El patriotismo de Lisa” de la tercera temporada o “La rival de Lisa” de la sexta temporada, solo por citar algunos. Así, el episodio “Yo amo a Lisa” de la séptima temporada representa uno de los peores de la serie al vaciar de contenido toda la esencia de un personaje hasta entonces magnifico.

Los capítulos mediocres continúan en las siguientes temporadas tornándose la regla y no la excepción, muestra de ello son los siguientes:

“El viaje misterioso de nuestro Homero”; capitulo sin una pizca de humor y tremendamente predecible puesto que ya se sabía desde un inicio que el “alma gemela” de Homero era Marge.

Aunque en realidad lo es Larry Burns o el ex presidente Ford.

“El hermano de otra serie”; donde otra vez se recurre a Bob Patiño quien, valga la redundancia, otra vez termina en cárcel a pesar de redimirse. Además de ello, tenemos el disgusto de conocer a su hermano tan maquiavélico como olvidable.

“Cuando se anhela a una estrella”; capitulo soso que marca el inicio de episodios donde las estrellas dejan de ser invitadas para convertirse en protagonistas

“Homero trabaja demasiado”; donde se constata de forma palpable que la serie ya tenía diez años en el aire y las ideas comenzaban a escasear

Nosotros consideramos que la creatividad, y porque no decir genialidad, de Matt Groening y compañía llego a su cúspide en la novena temporada donde apreciamos capítulos como “El sax de Lisa”, en el cual se constata la grandeza sentimental de Homero hacia los que ama teniendo como telón de fondo a “Baker Street” en uno de los finales más emotivos de la serie, y otro muy bueno y bastante sólido como “Vida prestada” paradójicamente el episodio que para muchos es uno de los peores de la serie y representaría el fin de la época dorada de “Los Simpson”

Discrepamos tajantemente con esta precepción, pues mediante este episodio:

Se rompe la unidimensional de Armando Barreda.

Hasta antes de este capítulo, el falso Skinner era un hombre extremadamente rígido, disciplinado, cuadriculado, el cual en pocos episodios había mostrado alguna señal de sentimentalismo.

Sin embargo, en el capítulo que analizamos descubrimos el porqué de su actual personalidad, la cual fue forjada en contraposición a un pasado sin futuro. Así, el ex – borbotón narra a sus conciudadanos que era un rebelde sin causa, un delincuente que fue enviado a luchar a Vietnam donde conoció al hermano que nunca tuvo, al sargento Skinner .

No solo la forma de ver la vida del sargento había influenciado en la percepción del todo de Barreda, sino también y sobre todo la guerra contra los rebeldes liderados por Ho-Chi-Min; por tanto del muchacho desordenado no quedaron vestigios, aprehendiendo la personalidad de su guía espiritual, pues más que tomar su vida prestada, Armando Barreda se subroga en la existencia de Skinner, sin embargo no calza perfectamente, pues toma pocas características de este, construyendo así una nueva personalidad .

Nos permite descubrir el origen de la complicada relación entre madre e hijo.

Armando Barreda siempre tuvo una enfermiza relación con su madre caracterizada por el desprecio, la opresión, el maltrato y el ninguneo de esta hacia aquel ante lo cual surgía la obligada pregunta del porque el director permitía esto.

Hasta antes de este capítulo creíamos que el sometimiento del hijo se basaba en su formación militar, pues su madre vendría a ser su “superior jerárquico” a quien debía obedecer sin dudas ni murmuraciones.

Sin embargo, a través de este vilipendiado episodio, podemos constatar que la obediencia incondicional tiene también sus raíces en otra fuente: el amor que puede encontrar en finalmente tener una madre.

Ejemplificante es la escena donde el futuro director va a darle el pésame a la anciana y para no lastimarla termina por decirle que es su hijo; así ambos sabían que se trataba de una mentira y así lo confiesa el analizado: “Una mentira nos hacía más felices que la verdad”

Armando Barreda, hasta ese momento un huérfano de ciudad capitolio, tenía por fin una madre, a quien, más allá de sus enormes defectos, tendría que respetar y cuidar no solo para él, sino también como una forma de honrar a su verdadero hijo, a quien considero el hermano que nunca tuvo y que creía muerto.

En consecuencia, a través de este capítulo podemos verificar el inicio de una relación cómplice donde madre e hijo se usan para llenar sus vacíos y que si bien es una toxica, es necesaria para la sobrevivencia de ambos.

Podemos romper el pre – concepto sobre el papel de una madre.

“Los Simpson” siempre se caracterizó por ser una serie transgresora con su época, sin embargo un importante extremo permaneció invariable con respecto a otras series: el papel de la madre

Marge continúa siendo el arquetipo de la madre abnegada que vive para sus hijos, personaje muy parecido a Vilma Picapiedra e incluso a la madre de la familia Ingalls.

Dentro de la serie, la mayoría de madres pueden calificarse como “buenas”, empero, Agnes Skinner rompe con el molde atribuido por la sociedad y los medios de comunicación quienes asocian a la madre con el amor, la ternura, la comprensión, la dulzura, etc; puesto que su personalidad destruye de forma clara las características señaladas.

Agnes es el arquetipo de la mala madre-y mala persona-, una mujer que maltrata física y psicológicamente a su hijo, a quien desprecia y humilla, un hijo a quien pareciera odiar pero del que solo recibe obediencia impregnada de amor, pues a Barreda más que a nadie le calza perfecta la frase: “Madre solo hay una”

Por lo tanto, “Vida prestada” es un episodio que nos permite descubrir a un personaje hasta entonces insípido para apreciarlo en su auténtica dimensión, pues ya sea que se llame Armando Barreda o Seymour Skinner para los que amamos la serie, más allá de sus naturales contradicciones , se trata del abnegado director que lucha por un mejor mañana para sus alumnos, el permanente guía de Bart, el defensor de su patria, el compañero de Edna Krabappel a quien pareciera amar, pero deja de lado siempre por la mujer más importante de su vida, su madre, a quien honra y cuida pues no imagina la vida sin ella.

En consecuencia, contra lo que dicen muchos ignorantes o poco analíticos “fanáticos”, no podría considerarse como el peor episodio de la serie o el que marca el inicio de la decadencia de la misma, sino por el contrario la historia que nos permite descubrir que nuestro querido director de escuela era un personaje más humano de lo que creíamos


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Pavel Munoz Ayona

Tan pretencioso como tú.