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Las permanentes contradicciones dentro del movimiento animalista peruano

Publicado: 2018-01-01

El peor error que se comete cuando se habla de liberación animal es el ceñirlo a los animales no humanos; así si bien en los inicios de la lucha, la restricción a este extremo podría ser comprensible, la toma de conciencia actual debe superar la supuesta dicotomía humano–animal.  

A tenor de lo señalado, la imagen icónica de un puño y una pata levantada con la leyenda liberación animal, liberación humana debe ser desterrada, pues distorsiona el real concepto de liberación animal, la cual, aunque suene a perogrullada decirlo, implica la liberación de todos los animales, sean humanos o no.

Es imperativo entonces el cambio de mentalidad dentro de un movimiento en continuo crecimiento para que de este modo se dejen de lado incoherencias como las siguientes:

- Enfocar de forma inadecuada campañas a favor de los animales no humanos. Así, tenemos el ejemplo de “Los animales me importan”, bienintencionada campaña que refuerza la idea del nosotros (humanos) frente a los otros (animales no humanos). Un lema adecuado podría haber sido el: “Todos somos animales”

- La imposibilidad de situarse en un plano de igualdad con respecto a los animales no humanos a todo nivel. Ello implica que al dirigirse, por ejemplo, a un cerdo, vaca u otro, la relación así como la nomenclatura en todo momento debe ser “respeto”, “empatía” y no “amor” “compasión” o “caridad”.

El respeto permite mirar al otro como igual, lo cual no se puede lograr mediante la caridad o la compasión, así como el amor no se puede sentir hacia una cantidad indeterminada de sujetos.

- El uso de lenguaje especista como por ejemplo:

• Esa mujer se metió en ese matrimonio: es una perra.

Además, es una frase machista.

• El niño no comprende las matemáticas: es un burro.

• Carlos acosa a las mujeres: es un cerdo machista.

- No elaborar de forma adecuada los planes de acción para la difusión de derechos de animales no humanos. Así, se supone que si alguien lucha contra el especismo, también se opondrá a otras formas de discriminación; sin embargo la mayoría de animalistas peruanos parecieran no poder o querer ver más allá de sus ojos, tal como quedó demostrado en recientes procesos políticos. Sobre lo dicho, algunos ejemplos:

• Compañeros de lucha que apoyaron descaradamente a PPK a pesar de su sistemático pensamiento de desprecio hacia gran parte de la población peruana tan solo recordemos lo que dijo en el CADE cuando era ministro durante el gobierno de Alejandro Toledo: “Esto de cambiar las reglas, cambiar los contratos, nacionalizar, que es un poco una idea de una parte de los Andes, lugares donde la altura impide que el oxígeno llegue al cerebro, eso es fatal y funesto…” (1)

• Compañeros de lucha que votaron por Alan García a pesar de su desastroso primer gobierno traducido en violaciones a los derechos humanos, terrorismo, comandos paramilitares, hiperinflación, narcotráfico, etc.

En su segundo mandato vendría a confirmar que no había cambiado en lo más mínimo al demostrar en todo momento una actitud proempresa y proempresario por sobre los derechos del individuo y la dignidad de la persona ejemplificando en el discurso El perro del hortelano y su infame enunciado respecto de la desgracia de Bagua: “Estas personas no tienen corona, no son ciudadanos de primera clase. 400 mil nativos no pueden decirnos a 28 millones de peruanos: tú no tienes derecho de venir por aquí”. Ese mismo año, en abril, en la reunión anual de ejecutivos de América Latina del Instituto de Finanzas Internacionales pronunciaría otra frase tristemente célebre: “Somos un país andino, esencialmente triste. No somos un país alegre como Brasil o como los colombianos, que son hiperactivos y tienen esa mezcla de español del norte, vascongado y catalán, y mayor componente negro y un poco de antropófago primitivo. Son hiperactivos y tienen más sol, tienen Caribe”. (2)

• Compañeros de lucha que en las elecciones municipales de 2014 se decantaron por el candidato de Acción Popular, Edmundo del Águila, por el simple hecho de proclamar que prohibiría las corridas de toros. Obviamente no existe animalista que no este a favor de que tal cruel espectáculo sea desterrado; sin embargo elegir un candidato por una sola propuesta además de reduccionista es clamorosamente ingenuo

• La bienintencionada campaña de un grupo animalista, también durante las elecciones municipalidades de 2014, titulada: Pacto Ético por los animales donde se señalaba textualmente “Nos interesaba saber que candidatos tenían o les interesaba política en favor de los animales para que la ciudadanía tenga más claro por quien votar”. Así, en el afán de luchar por los derechos de los animales no humanos no dudaban en guiar directa e indirectamente el voto de muchos desinformados e ignorantes animalistas. Un primer ejemplo de ello fue el promocionar la candidatura del impresentable Alex González, candidato de un movimiento llamado “Democracia directa”, antes del movimiento “Siempre unidos”, antes de Cambio Radical (el partido de Alex Kouri), candidato que defendía la mafia de la Parada, desmereciendo al parque del migrante (simpatiza con el juez Malzon Urbina) quien difamó al teniente alcalde Augusto Rey –uno de los pocos que se enfrentaba a la polémica gestión de Casteñeda Lossio- presentando audios ininteligibles en donde según González se escucha la voz de Augusto Rey y la de empresarios españoles sobre “capturar y meter miedo pues hay muchos millones”.

A pesar de ello, los compañeros de Proyecto Libertad no dudaron en tomarse una foto junto a él, señalando que era el primer candidato a la alcaldía de Lima en firmar el Pacto Ético por los Animales para agregar que era vegano hace años.

Otros ejemplos ocurrieron con el candidato Jaime Zea perteneciente al derechista y filofascista PPC, de quien señalaron: “Los candidatos a la alcaldía de Lima continúan comprometiéndose, Jaime Zea manifiesta que está en contra de la venta de animales urbanos como perros y gatos”, con Omar Montoro conocido discriminador y racista, incluso ponen un video sobre sus propuestas “nada improvisadas” y con el candidato Enrique Cornejo, viejo militante aprista de activa participación en el primer gobierno aprista, quien fue jefe del Instituto de Comercio Exterior, organismo acusado de corrupción por la asignación de dólares MUC, interpelado por el Congreso de la República cuando fue ministro de Vivienda en el segundo gobierno de García por la venta irregular de los terrenos del Aeródromo de Collique y quien insistió en la legalidad de la cancelación de radio Voz de Bagua, luego de la desgracia ocurrida en 2009 en tal localidad. Así respecto de este personaje redactaron: “manifestó estar en contra las corridas de toros, venta de perros y gatos, peleas de gallos, corrida, tráfico de especie silvestres, (…) es el único candidato que incluye una propuesta concreta a favor de los animales en su plan de gobierno.”

Esta campaña ejemplifica el pensamiento promedio de la gran mayoría de compañeros sobre lo que significa la liberación animal; ahora bien, la lógica replica es que a la vista del sistema opresor más terrible y asesino como es el especismo, es razonable que la lucha se centre en los animales no humanos; sin embargo, ningún tipo de lucha puede estar desconectada del contexto en el cual nos desenvolvemos. Así es un contrasentido que un persona declaré que lucha por la liberación animal y que su comportamiento afiance directa o indirectamente conductas y/o personajes como los señaladas en líneas precedentes.

Para las elecciones de abril de 2016 el reduccionista pensamiento de la mayoría de animalistas permaneció casi inmodificable pues muchos se decantaron por un supuesto outsider como Julio Guzmán a pesar de su lamentable declaración de dejar de lado la consulta previa (lo cual además es inconstitucional) lo que traería como consecuencia la afectación de los derechos humanos de los integrantes de los pueblos indígenas, así como el exterminio directo e indirecto de muchos animales no humanos.

La lucha animalista ha crecido enormemente en los últimos años y se torna imperante una adecuada visión sobre lo que ella implica para no cometer errores del pasado ni que sean cometidos por parte de los nuevos activistas. Sobre esto último, tenemos el caso de un vegano a quien llamaremos Gustavo, quien al enterarse que Antauro Humala había prometido eliminar las corridas de toros si es que era elegido presidente a mediados de la década pasada, ve como posibilidad el apoyarlo en una nueva posible candidatura.

Al hacerle recordar los crímenes cometidos por el hermano de Ollanta en Andahuaylas en 2005, el compañero vegano contestó:

-Una cosa no tiene que ver con la otra.


(1) Editamos este artículo en el contexto del infame indulto por parte del ahora presidente hacia Alberto Fujimori

(2) Ver al respecto el artículo “Los últimos días de García”. En: : http://blog.pucp.edu.pe/blog/pavelmunoz/2011/05/30/los-ultimos-dias-de-garcia/


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Pavel Munoz Ayona

Tan pretencioso como tú.